La número uno del ranking mundial histórico de kata con 36 años, afronta el reto de conseguir una medalla en el debut del karate en unos Juegos Olímpicos
Cuando la karateca Sandra Sánchez (Talavera de la Reina, 1981) consiguió su primer gran triunfo, el Campeonato de España en 2015, tenía 33 años. Es una edad normal de retirada pero su camino de grandes éxitos acababa de comenzar. Tres años después, acaba de ganar su cuarto Campeonato de Europa consecutivo, acumula tres temporada como número uno del mundo y ha ascendido hasta el liderato del ranking mundial histórico de kata femenino.
El próximo reto es el más grande de su carrera, ganar una medalla en los Juegos Olímpicos, en los que el karate se estrena como deporte olímpico. “No todo el triunfo está en la medalla, cuando aceptas eso entiendes que muchos logros están en el camino, no en el hecho de ganar”, explica con una sonrisa enérgica que no le abandona.
Una progresión natural
La historia de Sandra no fue diferente a la de otros niños que intentan ser deportistas de alto nivel. Comenzó en el karate porque quería ir con su hermano pero encontró algo más: “Me gustó que el progreso dependía de mí, de mis horas de trabajo y de mi esfuerzo. Y que lo importante no es ganar, sino mejorar”, cuenta en un sillón junto a su habitual sala de entrenamiento en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid.
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