Comenzó en el kárate como una actividad extraescolar y hoy se prepara para estar en Tokio 2020
Los comienzos de Carlota Fernández en el kárate se remontan a cuando tenía tres años y lo escogió como actividad extraescolar. «Era muy inquieta y me gustaban todos los deportes, unos amigos lo hacían y era de las pocas opciones que tenía en Noja». Por ello, y con el apoyo desde el primer día de sus padres, comenzó a practicar este deporte. Aun así, tuvo que esperar unos años para darse cuenta de que el kárate iba a marcar definitivamente su vida. «A los 11 años empecé a ir al gimnasio Delta de Santoña y cuando descubrí allí el kumite (combate) y la sensación de la competición, tuve claro que estaba hecha para este deporte».
A lo largo de su carrera deportiva ha visto cómo ésta influía en su vida, aunque no lo ve de todo negativo. «Tienes que elegir muchos días entre ir a entrenar o quedarte con tus amigos, no ir a un viaje del instituto por tener una competición, faltar a un cumpleaños porque estás viajando…». De todo esto ha sacado la parte positiva. «Ganas en cuanto a planificación para estudiar, constancia, esfuerzo, confianza en ti mismo y aprendes a valorar cada momento mucho más». Hoy en día tiene asumido que es su forma de vida desde pequeña, aunque reconoce que «no es fácil».
No todo en la vida de un deportista es fácil, ya que se pasa por muchas etapas. En el caso de Carlota ha habido momentos en su trayectoria deportiva que han hecho que se le pase por la cabeza dejarlo. «Cuando me lesioné y me tuve que operar del ligamento cruzado anterior, fueron seis meses de rehabilitación en los que más de la mitad de los días mis pensamientos eran negativos y no quería ni oír hablar de karate». Reconoce que entonces, y ahora, puede contar con su familia y su actual entrenador, que a su vez es su pareja para reforzarse positivamente. «Tengo la suerte de que vive mi carrera con la misma intensidad e implicación que si fuera la suya, y es capaz de aportarme lo mejor cada día de cara a cada competición». En los momentos en los que los resultados no acompañan a pesar del esfuerzo cuenta con la ayuda de un psicólogo deportivo.
«Cuando me lesioné y me tuve que operar del ligamento cruzado anterior no quería ni oír hablar de kárate»
Por el contrario, recuerda de manera positiva cuando se proclamó campeona de España, ya que «era un sueño que tuve desde pequeña y conseguí hacerlo realidad». También incluye en estos recuerdos la medalla de bronce en una prueba del circuito mundial o quedar campeona de Europa Universitaria.
En su cabeza ahora mismo se encuentra el camino hasta los Juegos Olímpicos de Tokio, que serán el año que viene. «Es un objetivo muy grande y bonito por el que luchar, estar allí sería un sueño hecho realidad». Aun así, espera que no sea la única oportunidad y que el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de París 2024 vuelva a incluir el kárate como disciplina olímpica. Mientras tanto, continuará compitiendo para seguir luchando por las medallas en campeonatos europeos y mundiales
No todo en su vida es el deporte, pero sí que intenta que tenga relación con él. Carlota ha estudiado el grado en Derecho y actualmente se encuentra cursando dos másteres. «Siempre tuve claro que me llamaba la atención la especialidad de derecho deportivo, pero no le vi una relación directa con el karate, sino con el deporte en general». Por ello le gustaría dedicarse a este mundo en un mañana, «aunque no descarto otras salidas profesionales como opositar para entrar en el Cuerpo Nacional de la Policía».
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