A sus 27 años, esta joven tiene en su haber un dilatado palmarés: campeona de España por equipos y tres veces subcampeona de España individual, entre otros títulos
El esfuerzo y el sacrificio son dos constantes en la vida de la karateca loreña Inmaculada Lopera. Los pasados 24 y 25 de marzo, competía en Tomares, consiguiendo la medalla de bronce por equipos de la 49ª edición del Campeonato de España absoluto de kárate, junto a sus compañeras María Torres, Marina Cáceres, Andrea Gutiérrez y Cristina Mancera. El combate de la loreña fue decisivo para la victoria de las representantes andaluzas.
A sus 27 años, esta joven tiene en su haber un dilatado palmarés: campeona de España por equipos y tres veces subcampeona de España individual. Posee además ocho medallas de bronce del Campeonato de España por equipos y cinco en individual.
En Andalucía, ha sido catorce veces campeona y una vez subcampeona. Asimismo, ha sido campeona iberoamericana 2016 en Portugal; tercera en los Juegos del Mediterráneo 2016, subcampeona del Internacional Villa de Madrid y campeona y subcampeona del Internacional Palma del Río.
A la deportista, pertenciente al club Kimé del municipio, le entró el gusanillo por el kárate con tan sólo 10 años. Inició su andadura en las escuelas deportivas de Lora del Río. El kárate le sedujo tanto que ya no pudo dejarlo.
Con 13 años, comenzó a entrenar en la localidad cordobesa de Palma del Río, donde su entrenador, César Martínez, tiene su gimnasio y allí aprendió a pelear. En 2005 combatió por primera vez y desde 2006 no ha faltado a un campeonato de España. Su primer triunfo vino en 2007, en el Campeonato de Andalucía Júnior. Dos años después, el día que cumplía su mayoría edad, obtuvo la medalla de bronce en el campeonato de España sub 21, +60kg. «No pude tener mejor regalo», destaca Inma.
Como deportista y mujer cuenta que durante muchos años fue la única mujer del gimnasio donde entrenaba y nunca ha tenido ningún problema por eso, de hecho la mayoría de sus compañeros siempre la han intentado ayudar en todo.
Inmaculada Lopera ha recibido también el reconocimiento del pueblo que la vio nacer. Así, se le otorgó el premio Kevin López al mejor deportista loreño en la I Gala del Deporte Villa Lora del Río, celebrada en 2016.
Un galardón que fue toda una sorpresa para ella y un orgullo. «Me parece una iniciativa genial del Ayuntamiento, los premios son un buen comienzo para dar a conocer el buen papel de los deportistas locales fuera de la localidad, pero lo más importante para poder progresar son las ayudas económicas y en ese aspecto aún queda mucho que mejorar».
Y es que el principal obstáculo al que se ha tenido que enfrentar la joven deportista para poder seguir su pasión ha sido precisamente el económico. Sin apenas ayudas externas, y con el apoyo incondicional de su familia, siempre se lo ha tenido que costear todo, licencias, inscripciones, hoteles y desplazamientos.
De hecho, este último campeonato de España se lo han subvencionado su entrenador y su club junto con la delegación de deportes. Esto, para las competiciones nacionales ya que «para las internacionales se necesita una gran inversión, sobre todo ahora que es deporte olímpico» y hasta ahora no se lo ha podido permitir, lo que le ha restado oportunidades. Así, en estos 12 años de competición, se ha recorrido casi toda la geografía de nuestro país, pero fuera de él, sólo Portugal.
Su pasión por el kárate la comparte con su hermano, su gran apoyo en este deporte y a quien le pide consejo siempre que lo necesita. No en vano, el joven loreño comenzó a competir antes que ella, yendo a su primer campeonato de España con tan sólo 12 años. Y ya con 15 se proclamó campeón.
A él es a quien dedica sus triunfos, también a su entrenador César Martínez, a los seleccionadores andaluces, Eugenio Torres, y al actual, Wenceslao Angulo, a Jesús Coronil, con quien entrenó durante sus años universitarios, a sus amigas Cristina y Vero, a sus compañeros y a sus padres, «que me han aguantado en las buenas y en las no tanto».
Actualmente Inma, que estudió Ciencias del Deporte, se encuentra interna en la Escuela Nacional de Policía en Ávila con un ritmo de clases frenético que le impide dedicar todo el tiempo que quisiera al kárate.
Pero no desiste en sus objetivos, puesto que la constancia es la mejor fórmula de esta loreña para seguir superándose día a día. Ya que destaca que lo difícil en el deporte es mantenerse a lo largo de los años, con el nivel y las mismas ganas e ilusión que el primer día. «La competición no es sólo la satisfacción de la victoria o la decepción de la derrota, lo realmente importante es el camino hasta llegar donde estoy», concluye.
abc
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