La campeona del mundo de katas ha respondido a los usuarios de MARCA
A Sandra Sánchez sólo le falta la medalla olímpica para completar la colección. Es campeona del mundo de katas, cinco veces campeona de Europa, número 1 del ránking mundial y mejor karateca de katas de todos los tiempos. Desde hace apenas unos días, también es seleccionadora femenina de katas cadete, junior y sub 21. Una maestra del deporte y de la vida a la que el eslogan de esta edición del MARCA Sport Weekend, Los campeones nunca se rinden, le va como anillo al dedo. Ella no se rindió durante años y cuando por fin, con 32, logró entrar en el equipo nacional de karate, no desaprovechó la oportunidad. De su trayectoria ha estado hablando con nueve usuarios de MARCA que han ejercido de periodistas.
«Entré en el equipo nacional con 32 años, son muchos años intentándolo y no consiguiéndolo. Y hay momentos en los que piensas que esto no va a llegar nunca y como mucho para ir a un campeonato internacional. Todo ese trabajo que en años pensaba que caía en saco roto no fue así, cuando llegó el momento oportuno explotó. Ese primer Europeo de 2015 se convirtió en otro y en otro… Sigo viviendo todo este camino con ilusión. Aún hay días que tengo que pellizcarme para saber que es real porque pensaba que no iba a ocurrir», confesó.
Pero ocurrió a base de mucho esfuerzo y trabajo, pero sobre todo, de ilusión y de superación. Ahora que afrontamos momentos difíciles por la pandemia, un usuario le pidió la receta para salir adelante, para poder superar esta dura situación. «Desde mi experiencia, no rendirte, la disciplina y el luchar siempre por tratar de ser un poquito mejor que ayer. Yo viví una situación en al que pensé que jamás llegaría a donde estoy y la vida te cambia. La situación de ahora pasará con la lucha de todos y el apoyo de todos. Tenemos que dejar de pensar en nosotros y pensar más en los demás. Nos hará crecer como personas y superar juntos esta situación», dice convencida.
Los valores del karate en su vida personal
De sus palabras se desprenden unos valores que aprendió desde que con cuatro años empezó a practicar karate. «Siempre digo a la gente que haga deporte, y dentro del deporte, que haga artes marciales porque lleva implñicita una forma de vida y unos valores. No es sólo lo que te aporta el deporte sino el maestro con el que lo practiques: disciplina, esfuerzo… Mi maestro desde niña me enseñó los valores de la vida: compartir, dar todo lo que tienes a los demás porque eso es lo que te hace crecer. El karate tiene una transferencia en tu día a día y sus valores los transmites las 24 horas del día», dice convencida con su humildad de siempre y su eterna sonrisa.
Una humildad que no ha cambiado a pesar de llevar 55 medallas consecutivas. No se baja del podio desde enero de 2015. «Las medallas las voy guardando por año porque en la habitación del CAR no me caben y las voy llevando a mi casa. Algún día las sacaré y las ordenaré todas», cuenta riendo.
Se considera muy afortunada por no haber sufrido nunca una lesión grave. «Hago muchos ejercicios de prevención de lesiones. El umbral del dolor siemrpe digo que es relativo, es mental«, dice.
Y hablando de la mente, un usuario le preguntó por su preparación mental antes de cada campeonato. «Tenemos un calendario competitivo muy exigente con la presión de finales a nivel mundial contra Japón y eso requiere un trabajo diario en los entrenamientos. También tengo que confesar que Jesús (se refiere a Del moral, el seleccionador nacional de katas y su marido) siempre me dice que soy un espíritu libre, me cuesta muchas veces ese trabajo de concentración. Me pongo así más nerviosa que cuando dejo mi mente libre», reconoce.
El principio de la leyenda
También le hicieron escoger el punto de inflexión de su carrera entre el Campeonato de España de 2015, la Premier de 2014 y el Europeo de 2015. «Ganar el Campeonato de España marcó la oportunidad de llegar a donde he llegado porque me abrió la puerta del equipo nacional, pero ganar el Europeo me hizo ganar la confianza y estar en la cima del karate continental y poder seguir luchando», confesó.
Porque a luchadora no la gana nadie. Recordó el momento en el que consiguió entrar en el CAR por primera vez, una gran oportunidad, pero justo a su madre le detectaron cáncer y decidió volver a casa. «Esa oportunidad se perdió en el aire. Y ver esa falta de confianza en ti y en creer que puedes lograrlo, es una línea muy fina el dejar de creer e ti misma. Pero lo mejor es que cuando pasa eso, luego llega ese Europeo, ese Mundial, llega el oro y en la grada está tu familia, la gente que sí creyó en ti estos años y que me empujaron para estar ahí y parte de esas medallas son de ellos», dijo.
También explicó que ella empezó con el estilo de kata Goju Ryu y que cuando era ya cinturón negro y empezó a entrenar con Jesús del Moral el Shit-ryu le dijo que quería empezar de cinturón blanco, desde la base, para que sus katas pudiesen transmitir ese conocimiento. Porque una de las claves de su éxito es, más allá de su excelente técnica y de su extraordinaria condición física, su capacidad de transmisión cuando está en el tatami.
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